'Cuidados para la paz. Somos para la vida': el proyecto que le apuesta a reconocer el cuidado como un derecho humano en la reincorporación

El proyecto se desarrolla con enfoque comunitario en 10 Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación ETCR en Colombia, en donde se identifican 2.306 personas en reincorporación, de las cuales 794 son mujeres.

             
Después de casi siete años de la firma del Acuerdo Final de Paz con las FARC-EP, los desafíos para sus exintegrantes frente al proceso de reincorporación siguen vigentes. Estos retos no recaen solo en los hombres, mujeres, niños, niñas y jóvenes que se encuentran en los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), sino también en las entidades gubernamentales nacionales y territoriales  responsables de su atención.

Según datos de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, 12.956 personas se encuentran en proceso de reincorporación, de las cuales 3.266 son mujeres, siendo el  24% de ellas las que se dedican exclusivamente a labores del hogar y cuidado, mientras que solo el 2% de hombres se dedica a estas actividades, situación que limita la participación y autonomía de las mujeres. Igualmente, el 23% de ellas dejaron de trabajar por dedicarse a labores de cuidado, y tan sólo el 7% de hombres optaron por estas labores. 

Frente a este contexto de desequilibrio, es clave generar reflexiones y nuevas narrativas alrededor del cuidado, la discapacidad, los proyectos de vida, la prevención de riesgos para niños, niñas y juventudes y la prevención de violencias basadas en género (VBG); lo anterior, permite impulsar la igualdad, la equidad en derechos y promover la convivencia.   

Es por esto que ONU Mujeres y UNICEF, a través del Fondo Multidonante para el Sostenimiento de la Paz, en articulación con  la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (LIMPAL), Juntos Construyendo Futuro (JCF), la Misión de Verificación de Naciones Unidas, la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), y CNR-Comunes, han iniciado la implementación del proyecto «Cuidados para la paz. Somos para la vida».

Esta iniciativa se adelanta en los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Mutatá y Carrizal en Antioquia; Filipinas en Arauca; los Monos y el Estrecho en Cauca; Charras en Guaviare; Caracolí en Chocó; El Doncello en Caquetá; y La Reforma y La Guajira en Meta, estos últimos dos desplazados de su territorio en este momento.

Avanzamos entre todas y todos

Para atender la prevención de violencias basadas en género (VBG), durante el primer semestre del año se puso en marcha la Escuela Feminista liderada por uno de los socios del proyecto, LIMPAL. Ana Lucia Rivera, firmante de paz, es una de las participantes y señala que para ella «este espacio es muy importante porque nos traen temas que no conocíamos, cada día me ayuda mucho a mí y a replicarlo con las otras mujeres».

Asimismo, se dio inicio a los encuentros en los que se han generado espacios de diálogo e intercambio de experiencias en torno a la discapacidad e inclusión de estrategias de autocuidado, cuidado y cuidado colectivo. 

En clave de primera infancia y juventudes

Una parte esencial del proyecto, han sido las estrategias diseñadas para promover la participación de niños y niñas de primera infancia en experiencias alrededor del autocuidado y el cuidado compartido, liderado por otro socio del proyecto, la organización Juntos Construyendo Futuro. 

Con las y los jóvenes se han realizado encuentros sobre prevención de riesgos específicos asociados a vinculación a grupos armados ilegales y grupos delictivos organizados. También se han generado encuentros de fortalecimiento de habilidades con los que niños, niñas y juventudes (NNJ) trabajan en aspectos clave sobre liderazgo, responsabilidad financiera, comunicación asertiva, innovación, emprendimiento y empleabilidad.

El proyecto ha vinculado a más de 20 personas como puntos focales y facilitadores del trabajo territorial, la mayoría de ellas y ellos firmantes de paz y también personas de las comunidades aledañas para generar capacidades propias y garantizar la sostenibilidad del proyecto, lo que ha significado una forma de vincular desde el territorio estas apuestas sociales a favor de la paz.

Esta iniciativa ha permitido una estrecha articulación a nivel nacional y territorial de las entidades de Gobierno, Naciones Unidas, y otros mecanismos, facilitando la construcción en todos los ETCR, manera participativa, de Planes Comunitarios de Cuidado a través de los cuales se priorizan las necesidades de cuidado de la comunidad y se brinda respuesta a través del Fondo de Inversión Material, el cual está permitiendo la construcción, adecuación, dotación de infraestructura para el cuidado y la promoción de acciones para reconocer, reducir y redistribuir la carga doméstica y de cuidado.