Reconstruyendo el tejido social: mujeres migrantes venezolanas y colombianas eliminando las barreras culturales.
Mientras el índice de situaciones de riesgo asociadas a la discriminación y violencia contra las mujeres provenientes de Venezuela, algo asociado directamente a la xenofobia, sigue en aumento, un grupo de mujeres trabajan como agentes de cambio en la Costa Caribe (Barranquilla, Soledad, Cartagena y Maicao) para luchar contra la discriminación y Violencia Basada en Género.Fecha:
En los últimos años Colombia ha vivido un incremento sin precedentes de población proveniente de Venezuela, con un importante número de personas en difíciles condiciones económicas. De acuerdo con las últimas cifras dadas por el Gobierno, existen más de 1.5 millones de personas provenientes de Venezuela en el país, de ellas, un 48% son niñas y mujeres, quienes enfrentan múltiples situaciones de riesgo asociados a la discriminación y violencia contra las mujeres, lo que se une a la xenofobia.
En respuesta a esta situación ONU Mujeres realizó un proceso de identificación de necesidades con el objetivo de diseñar acciones específicas acordes con la realidad de este contexto, siendo el fortalecimiento de redes de apoyo una de estas, aspecto clave en la protección dentro de contextos humanitarios. Al espacio, fueron convocados representantes de la institucionalidad responsables de la asistencia y protección a mujeres víctimas de VBG y a población proveniente de Venezuela, representantes de organizaciones sociales y otras agencias y organizaciones internacionales.
En este sentido, y gracias al generoso apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) nace la oportunidad de desarrollar los “Diálogos entre Lideresas colombianas y venezolanas”, una iniciativa que cuenta con tres objetivos principales: promover el reconocimiento entre lideresas colombianas y provenientes de Venezuela; generar empoderamiento colectivo frente a las violencias basadas en género y sus distintas formas en el contexto migratorio; y propiciar el trabajo articulado entre las mujeres a través de iniciativas comunitarias para la erradicación de la xenofobia y la violencia contra las mujeres.
“El día que iniciamos los diálogos y hasta el segundo encuentro, cada grupo (colombianas y venezolanas) nos sentábamos por sectores diferenciados, pero a medida que fue avanzando el proceso fuimos integrándonos, trabajando conjuntamente, compartiendo espacios y cultura, y a su vez creando empatía entre nosotras. A día de hoy, después de todo el proceso de trabajo no nos vemos como venezolanas o colombianas. Ahora somos una red común que trabaja por un objetivo común, en un territorio común” explica Dina López, vicepresidenta de la organización “Forjadores de Paz” e integrante de los diálogos de mujeres en la ciudad de Maicao.
El proceso ha sido desarrollado en las ciudades de Cartagena, Barranquilla, Soledad y Maicao. Comenzó el pasado junio con dos espacios de reconocimiento mutuo entre las participantes, y fue progresando, identificando distintas formas de Violencia Basada en Género que enfrentan como mujeres en el territorio, independientemente de su procedencia. Además, hubo cuatro encuentros enfocados a la construcción colectiva de soluciones e iniciativas de apoyo local para combatir la erradicación de estas violencias.
“Hay mujeres que me escriben…Me dicen que tienen miedo, que sus parejas abusan de ellas y tienen miedo de denunciarlos debido a su estado migratorio irregular. No creen que nadie les vaya a ayudar. Las migrantes pasan por un ciclo que las afecta emocionalmente” cuenta Zuneyka Dhisnays, participante de la ciudad de Barranquilla.
Durante el mes de noviembre, tras cinco meses de trabajo, y en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y los subsiguientes 16 Días de activismo contra la violencia de género, el grupo de lideresas implementaron un total de 20 iniciativas de transformación cultural para movilizar a sus comunidades en torno al tema. Entre ellas, realizaron performances, construcción de murales, conversatorios o marchas locales, entre otras. Con sus acciones enviaron un mensaje de cero tolerancias a la discriminación, a la xenofobia y a las Violencias Basadas en Género.
“Un día en mi vida no es fácil, pero me encanta ayudar a otras personas. Esta situación me ha mostrado el importante papel que tienen todas las mujeres. La incertidumbre nos lleva a avanzar y superar los obstáculos para alcanzar nuestros objetivos. He estado en necesidad. He experimentado lo que es ser una mujer migrante. Y por eso, sigo trabajando por los derechos de las mujeres migrantes” dice Rosarged López , voluntaria en Un Solo Pueblo, la única organización venezolana en Cartagena.
En el contexto de los flujos migratorios mixtos, ONU Mujeres Colombia trabaja como parte de la respuesta regional articulada de la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), que en Colombia es el Grupo Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos (GIFMM).