8 años de la firma del Acuerdo: ¿Cuál es la situación de las mujeres firmantes de paz?
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Desde ONU Mujeres nos sumamos a la conmemoración de los 8 años de la firma del Acuerdo de Paz resaltando el rol fundamental que juegan las firmantes como mujeres constructoras de paz en sus comunidades y desde los territorios.
El Acuerdo de Paz colombiano, firmado en 2016 entre el Gobierno y las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc-EP, se ha consolidado como un referente internacional en materia de enfoque de género. Este reconocimiento se debe principalmente a la participación activa de las mujeres en diversas etapas, desde la negociación hasta la implementación, donde desempeñaron roles cruciales en las mesas de diálogo y contribuyeron significativamente a la inclusión de perspectivas de género en el Acuerdo.
Según las cifras más recientes de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, con corte al 26 de septiembre de 2024,de 10.265 excombatientes que viven fuera de los antiguos espacios territoriales de capacitación (AETCR) 2.485 son mujeres, y de 1.809 que habitan en estos espacios, 594 son mujeres. Según datos de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), el número de hijos e hijas de excombatientes es de 9.958, viviendo en los AETCR 1.121. . Este proceso se desarrolla en más de 605 municipios fuera de los 24 Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), incluyendo 75 nuevas áreas de reincorporación (NAR).
La Mesa Técnica de Género destaca que los ETCR con mayor presencia femenina son La Fila en Icononzo con 65 mujeres (2.19%), Las Colinas en Guaviare con 61 mujeres (2.06%) y Agua Bonita en Caquetá con 60 mujeres (2.02%).
Las mujeres firmantes de paz a lo largo y ancho de nuestro país construyen territorio, con sus organizaciones están comprometidas en dinamizar el desarrollo local, y como mujeres de origen campesino a partir de sus saberes generan conciencia y cuidan el medio ambiente.
Para las mujeres firmantes, el proceso de reincorporación ha presentado retos particulares relacionados con nuevos roles, como la maternidad y la conformación de núcleos familiares, además de la creación de proyectos productivos que les permitan construir un futuro sostenible en la vida civil.
A ocho años de la firma del Acuerdo de Paz, las mujeres firmantes han transformado sus historias de guerra en relatos de esperanza y reconciliación. Sus manos, que una vez empuñaron armas, hoy tejen la paz desde las raíces más profundas de sus comunidades, demostrando que esta apuesta reconciliadora es la verdadera semilla de un país que renace.