Desde Nariño, cerca de la frontera sur de Colombia, las mujeres afro lideran procesos para mitigar el impacto de las crisis humanitarias en el territorio

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En el marco de la conmemoración del Día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora les contamos la inspiradora historia de Heidy Ortiz Caicedo, una joven lideresa de 22 años del municipio de El Charco, Nariño, al sur de Colombia, que ha liderado desde temprana edad acciones para enfrentar la crisis humanitaria en su comunidad.

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Cortesía: Fundeas

Para Colombia, el Panorama de Necesidades Humanitarias (HNO) 2023 reveló un grave deterioro en la situación humanitaria: 7,7 millones de personas están afectadas por la crisis humanitaria, exponiendo a más 2,8 millones en riesgo de violencia de género. En regiones como Chocó, Valle del Cauca y Nariño, la presencia de grupos armados ha aumentado el desplazamiento. Desde 2018, Nariño ha visto un incremento de los riesgos de protección y emergencias humanitarias, como desplazamientos, confinamientos violencias basadas en género, presencia de minas y otras restricciones a la movilidad. 

Es en ese contexto que Heidy ha ejercido su liderazgo. Ella una joven lideresa de 22 años, nacida en la Vereda Guabillo, perteneciente al Consejo Comunitario Unión Taijeña, en el municipio de El Charco, ubicado a orillas del río Tapaje en el departamento de Nariño. Ella creció en una comunidad con muchas necesidades, lo que despertó   su profundo deseo de ayudar y servir a su entorno. Su compromiso con su comunidad la comunidad surge en su época de colegio y heredado de su madre, profesora de la escuela de la vereda Guabillo, conocedora de los riesgos del territorio. 

A su corta edad, Heidy ha superado enormes desafíos causados por el conflicto armado. En medio de la adversidad, se ha convertido en una persona muy reconocida en la comunidad, creando un grupo de lideresas junto a su madre. Heidy ha podido fortalecer su liderazgo en la iniciativa ‘Juntas salvamos vidas’, liderada por ONU Mujeres y apoyada por el Central Emergency Response Fund – CERF (por sus siglas en inglés) en articulación con Fundeas. Con este proyecto, mediante estrategias para prevenir y mitigar las violencias de género en emergencias humanitarias, han trabajado de cerca con más de 500 mujeres, demostrando que incluso en los momentos más oscuros, el liderazgo y la valentía pueden iluminar el camino hacia un futuro mejor. 

En este proyecto se suman los saberes y resiliencia de las mujeres que pertenecen principalmente a comunidades afrodescendientes e indígenas Eperara Síapidara, así como mujeres con discapacidad, que enfrentan los mayores niveles de vulnerabilidad en el departamento de Nariño.

'La resiliencia es mi mayor convicción' 

Cuenta Heidy que “la situación de mi vereda es difícil porque estamos muy lejos del casco urbano, exactamente a dos horas en lancha: Durante el día no tenemos luz y en las noches encienden las plantas de energía tan solo unas horas. La desconexión es total: el internet y las redes funcionan de manera intermitente, pero esto no ha sido un impedimento para mí.  Mi dedicación y buen rendimiento me permitieron ganarme una beca para estudiar de manera virtual en la universidad ciencias políticas y los fines de semana estudio auxiliar de farmacia.  Siento la necesidad de ayudar a mi comunidad ya que no hay droguerías y la gente se enferma sin ningún tipo de atención”.

El trabajo de Heidy ha tenido un impacto significativo en su comunidad. También ha ayudado a establecer rutas comunitarias para enfrentar situaciones de crisis, fortaleciendo la resiliencia de las mujeres y sensibilizándolas sobre el autocuidado. Además, ha promovido la entrega de kits de resiliencia que cuentan con elementos de protección, higiene personal, elementos de abrigo y alimentos, fundamentales para aliviar el sufrimiento de las familias desplazadas.  “Este proyecto me ha permitido adquirir muchas herramientas que me permiten ser una multiplicadora de cambio en mi comunidad, las mujeres que me rodean han entendido qué son las violencias de género, con eso ya podemos mitigar y dar respuestas que salvan vidas en contextos de crisis humanitaria. Creo que mi historia es un testimonio de resiliencia, liderazgo y dedicación, yo siento que lo que nos proponemos, lo podemos lograr”, enfatiza Heidy. 

El mayor anhelo de Heidy es seguir aportando a las comunidades negras del Pacífico Nariñense, ella sueña con un entorno donde la gente pueda continuar con la pesca y las mujeres puedan salir tranquilas al río. Los retos que enfrenta son numerosos, desde fortalecer el conocimiento sobre las violencias de género, hasta ayudar a las familias a sentirse seguras en medio de los desplazamientos.

Juntas salvamos vidas 

Esta iniciativa aporta a la respuesta humanitaria en el Pacífico nariñense, brindando a las mujeres información sobre prevención y servicios de atención de VBG, además de mecanismos de protección institucionales y comunitarios, apoyando en total a 372 personas de comunidades rurales afectadas por emergencias humanitarias derivadas del conflicto armado. A su vez, se han establecido fondos específicos y protocolos para la activación del mecanismo de protección a mujeres en riesgo de feminicidio.

Igualmente, en la subregión Sanquianga conformada por los municipios de La Tola, Santa Barbara de Iscuandé, El Charco y Olaya Herrera en el departamento de Nariño, 160 mujeres participan en espacios de formación diseñados conjuntamente con ellas. Estos espacios, construidos desde un enfoque territorial y étnico, promueven su cosmovisión y prácticas ancestrales, mientras fortalecen sus conocimientos sobre la prevención de la violencia basada en género en contextos de emergencias, los mecanismos comunitarios de protección y las estrategias lideradas por las mujeres desde sus habilidades ante las crisis humanitarias, preservando y salvaguardando la vida de la comunidad y el territorio. 

“No podemos olvidar que debemos ser unidas, para así salvaguardar y proteger nuestras vidas, lo que estamos aprendiendo lo debemos replicar, niñas, jóvenes, adolescentes y toda la comunidad. Nosotras las mujeres de El Charco, vinimos a aprender, que la violencia en nuestra comunidad es un asunto que podemos resolver”, desde el proyecto Juntas Salvamos Vidas, Heidy seguirá aportando desde su liderazgo a la reivindicación de los derechos de las mujeres, aún en medio de las afectaciones de carácter humanitario.