Desde mi perspectiva: “Hay cosas para las que la vida no te prepara”

Rosarged López González, de 31 años, era profesora de ciencias naturales en su tierra natal, Venezuela. Con su esposo y su hija de 8 años, decidió abandonar el país debido a la situación social y económica, emigrando a la ciudad de Cartagena, Colombia, en marzo de 2018.

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Rosarged López González volunteers with the Venezuelan organization Un Solo Pueblo, which provides information and support to Venezuelan migrants in Cartagena, Colombia. Photo: UN Women/Tico Angulo
Rosarged López González es voluntaria de la organización venezolana Un Solo Pueblo que brinda información y apoyo a las migrantes venezolanas en Cartagena, Colombia. Foto: ONU Mujeres / Tico Angulo.

icon Llegamos a Cartagena con 10,000 pesos [USD 3] y las pocas cosas que podíamos cargar. Tenía una afección médica preexistente y estaba en tratamiento de tiroides, que tuve que suspender debido a la falta de recursos e información.

A fines de abril, una mujer que vendía comida frita me sugirió que intentara ese tipo de trabajo. Nunca había hecho eso antes. Me duelen mucho los brazos, especialmente las manos. No era una mujer que pasaba todo el día en la cocina en Venezuela, así que me dio duro. Un día, mi hermana hizo unas galletas de avena y pasas para vender. Recuerdo salir de la casa con ellos y no pude contener las lágrimas. Le dije: 'Dios: ¡no vine a hacer esto!' Después de intentar varios tipos de trabajo informal, estuve desempleado durante mucho tiempo.

Hay cosas para las que la vida no te prepara. Pero fue en esos momentos que también vi las necesidades de los que llegaban. Escuché las historias de mujeres que recurren a cualquier forma de trabajo para sobrevivir, incluido el trabajo sexual, para poder enviar dinero a sus familias. Son jóvenes que a menudo han terminado sus estudios y para quienes la necesidad de sobrevivir y la desesperación de no conseguir un trabajo las han llevado a ciclos de violencia y victimización.

Todas estas historias despertaron en mí un deseo de aprender y ayudar. Me acerqué a una organización y me involucré en el activismo. Hoy, soy voluntaria en una fundación que brinda a las mujeres migrantes información y asesoramiento sobre sus derechos y acceso a la atención médica. Aquí les informamos y les ayudamos a acceder a varios programas para ayudarles a facilitar su transición a este nuevo contexto.

Un día en mi vida no es fácil, pero me encanta ayudar a otras personas. Esta situación me ha mostrado el importante papel que tienen todas las mujeres [desplazadas]. La incertidumbre nos lleva a avanzar y superar los obstáculos para alcanzar nuestros objetivos. He estado en necesidad. He experimentado lo que es ser una mujer migrante. Y por eso, sigo trabajando por los derechos de las mujeres migrantes”.



ODS 3: Salud y bienestar
ODS 10: Reducción de las desigualdades

Rosarged López González trabaja actualmente como profesora de cuarto grado en la escuela Maria Montessori en Cartagena, Colombia. También es voluntaria para Un Solo Pueblo, la única organización venezolana en Cartagena, y es activa entre las mujeres líderes venezolanas que se reúnen con mujeres líderes colombianas en los espacios de diálogo promovidos por ONU Mujeres en un proyecto financiado por USAID.