Cuando el silencio no es oro: las mujeres colombianas alzan la voz por sus derechos

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En su oficina de la Corporación Casa de la Mujer (CCM) en Bogotá, la directora Olga Amparo Sánchez Gómez se prepara para viajar a Medellín, capital del departamento de Antioquia, donde se reunirá con socios de la CCM para hablar sobre los esfuerzos para combatir los crecientes niveles de violencia contra mujeres y niñas.

El departamento de Antioquia, responsable de aproximadamente la mitad de la importante producción de oro del país,  tiene un largo historial de actores armados y actividades delictivas vinculados a la minería y al comercio de oro, lo que la convierte en un lugar especialmente peligroso tanto para las mujeres como para los defensores de los derechos humanos en un país que aún se está recuperando de décadas de conflicto armado y que está asolado por altos índices de violencia sexual y feminicidio

La CCM y el Instituto de la Conversación,  lideran con el respaldo del Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra la Mujer (Fondo Fiduciario de la ONU), lidera los esfuerzos para aumentar el acceso a la justicia de las supervivientes de violencia física y sexual, y de las familias de las víctimas de feminicidio, al tiempo que colabora con las comunidades locales para prevenir la violencia de género en tres de los municipios de Antioquia: El Bagre, Zaragoza y Nechí. 

El complejo telón de fondo de la violencia de género

La CCM, la primera organización feminista liderada por mujeres en Colombia, ha sido testigo de más de cuatro décadas de cambios y complejidades evolutivas en Antioquia. Según una persona activista local en un grupo de debate reciente: «Vivimos en una hipermasculinización de la sociedad. En esta región, los hombres creen que deben controlar la naturaleza y, por extensión, a las mujeres».
 
La extracción de oro, un trabajo lucrativo, suele ser peligrosa y no está al alcance de las mujeres a menos que se dediquen a la minería ilegal, en la que se espera que realicen «favores sexuales» para acceder a las orillas del río junto a los hombres.  

De hecho, los numerosos problemas a los que se enfrentan la CCM, el Instituto de la Conversación  y sus socios/as son cada vez más complejos. Entre ellos se incluyen: el trabajo forzado y la explotación sexual en los campamentos mineros ilegales, el desplazamiento forzado de las comunidades indígenas que viven en los emplazamientos mineros y los daños medioambientales y la contaminación causados por la minería anárquica y el uso de mercurio para separar el oro del mineral. 

En este difícil contexto, la CCM es una de las pocas organizaciones en Antioquia que trabaja para salvaguardar los derechos de las mujeres al tiempo que proporciona acceso a servicios especializados a las personas afectadas por la violencia sexual y el feminicidio. 

Esfuerzos locales coordinados para hacer frente a la violencia

En Antioquia y otras zonas, la CCM trabaja en estrecha colaboración con tres organizaciones comunitarias en el marco de la iniciativa «Barequeando», que promueve la participación y el empoderamiento de las buscadoras de oro, de modo que las organizaciones puedan adaptar las intervenciones al contexto para abordar la violencia contra las mujeres en sus comunidades. 

Estas tres organizaciones socias —COGESTAR, ASOMGABA y ASMUNE— tienen un planteamiento único. Por ejemplo, ASMUNE organiza talleres que capacitan a las mujeres para participar en la toma de decisiones a nivel local, mientras que ASOMGABA ofrece a las mujeres formación profesional para producir ropa y vender productos agrícolas. Estas iniciativas crean espacios seguros para que las mujeres aprendan y trabajen juntas por sus derechos y su empoderamiento.

Hasta ahora, la CCM ha llegado a 146 mujeres, todas las cuales ahora son capaces de identificar la violencia de género y saben dónde buscar ayuda. Además, 756 personas, incluidos hombres y niños, medios de comunicación e instituciones públicas, se han informado sobre el problema de la violencia contra las mujeres y las niñas en su comunidad. 

Durante su visita, la CCM organizó un foro con 71 representantes de entidades gubernamentales, instituciones académicas y organizaciones de la sociedad civil, entre las que se incluyen el Gobierno de Antioquia, el Ministerio de Minas y Energía, la Universidad Nacional de Colombia y la organización sin ánimo de lucro Alianza por la Minería Responsable, para debatir los planes para conseguir un distrito minero productivo y agroecológico en la región del Bajo Cauca de Antioquia y exigir acciones para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. 

Peligros a los que se enfrentan quienes defienden los derechos humanos en Antioquia

«En esta región, supone un riesgo que las personas se identifiquen como líderes sociales debido al acoso que sufren tanto dichas personas como quienes defienden los derechos humanos», afirmó Angélica Arrieta, coordinadora del Instituto de la Conversación, uno de los socios de la CCM. 

La presencia de diferentes grupos armados vinculados a actividades ilegales, especialmente en Antioquia, ejerce una enorme presión sobre los ya reducidos espacios cívicos para las organizaciones de derechos de las mujeres. Una activista local afirmó: «Vivimos con miedo todo el tiempo, pero seguimos trabajando». 
Ese miedo se extiende por todo el país. La Fiscalía General informó de que investigó 549 asesinatos de defensores de derechos humanos o miembros de organizaciones sociales en Colombia entre el 1 de enero de 2016 y el 13 de noviembre de 2019 (última cifra disponible). 

De las amistades a los movimientos feministas

Durante la visita, en un acto de reconstrucción de la memoria histórica, la CCM, el Instituto de la Conversación y sus socios también invitaron a mujeres a hablar sobre los efectos que ha tenido la violencia en sus vidas.  Una mujer integrante de ASMUNE declaró: «Muchas mujeres que participaron [en el acto] se sintieron liberadas. La región siempre se ha visto profundamente afectada por los conflictos; hay muchas desapariciones forzadas, violaciones, y esta actividad muestra de forma significativa cómo las mujeres se ven afectadas de muchas maneras».

En respuesta a los problemas graves y complejos a los que se enfrentan, los esfuerzos de organizaciones de larga trayectoria como la CCM para empoderar a una generación más joven de organizaciones de la sociedad civil respaldan a las mujeres de Antioquia de diferentes maneras al reunirlas. 

“Barequeando” será una referencia de lucha para toda la vida. Ahora sabemos cómo dialogar, cómo hablar», afirmó Jessica, participante de ASMUNE.