El camino de las mujeres firmantes tras la firma del Acuerdo de Paz

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Han transcurrido siete años desde que se firmó el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera entre el Gobierno colombiano y las FARC-EP. Un acuerdo pionero a nivel mundial por su inclusión del enfoque de género de manera transversal, reconociendo diferentes elementos que hoy constituyen desafíos para las mujeres que viven en los espacios territoriales, áreas de reincorporación y en general, para los actores involucrados en la implementación del Acuerdo a nivel local y nacional.

Reincorporación


En este tiempo, las firmantes han fortalecido su trabajo, han resaltado sus esfuerzos desde diferentes roles de liderazgo y autonomía, que les han permitido hacer incidencia en la vida social, política, económica y comunitaria en los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación – ETCR, en las zonas urbanas y en las comunidades a las que han llegado. 


Desde ONU Mujeres se ha trabajado de la mano con La Mesa Técnica de Género del Consejo Nacional de Reincorporación (CNR), y la Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia, con el apoyo del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para el Sostenimiento de la Paz, con el propósito de incidir en las políticas públicas y en la labor de atención a mujeres en proceso de reincorporación de parte de entidades gubernamentales y territoriales.


Este trabajo mancomunado permitirá crear un instrumento de territorialización de la política de reincorporación que facilitará el avance en acciones concretas a nivel territorial, para el acceso a los derechos de las mujeres firmantes de paz. 


La participación activa de las mujeres excombatientes en la etapa de negociación y en la implementación de los acuerdos, tiene un efecto directo en la sostenibilidad de la paz, el fortalecimiento de los lazos de convivencia con las comunidades receptoras, el fortaleciendo el tejido social y una disminución de las posibilidades el retorno a las armas a través de las disidencias.

Algunos avances en clave de reincorporación


En el ámbito político, las voces de las mujeres han resonado en los espacios de toma de decisiones, como los comités de género, las cooperativas de firmantes de paz y en las elecciones municipales donde han sido candidatas y electas. Ellas han impulsado la inclusión de sus derechos como mujeres y como firmantes de paz y la perspectiva de género en políticas clave, como el CONPES 3931 de 2018, a través del cual se incluyeron 18 medidas afirmativas de género y para las mujeres, promoviendo un enfoque más integral y equitativo en la construcción de la paz. 
De la participación de las mujeres en las elecciones regionales 2023 se resalta a elección de Marisol Agatón Morera, firmante de paz, elegida concejala del municipio de Venecia en Cundinamarca. 


Igualmente, es importante señalar la incidencia que las firmantes de paz tuvieron en la construcción del Plan de Acción Nacional de la Resolución 1325, para que sus voces, necesidades e intereses quedaran incluidos en dicho Plan. Desde ONU Mujeres se apoyó el desarrollo de la Escuela Feminista que le ha permitido a las firmantes entender más sobre derechos, participación y liderazgo.  


Económicamente, las mujeres firmantes han emprendido iniciativas que no solo han mejorado sus condiciones de vida, sino que también han contribuido al desarrollo sostenible de las comunidades en las que residen. Según información de la Misión de Verificación de las Naciones Unidad en Colombia, hay 177 cooperativas mixtas de excombatientes en todo el país, 45 cuyas representantes legales son mujeres. Además, 17 organizaciones de firmantes de paz a nivel nacional están compuestas exclusivamente por mujeres. 


En el ámbito social, se ha observado un impacto positivo en la cohesión comunitaria. Las mujeres han liderado esfuerzos para abordar problemas como las violencias basadas en género, la estigmatización, la reconciliación y la reincorporación comunitaria, fortaleciendo así el tejido social en los territorios afectados por el conflicto.

Grandes avances con inmensos desafíos

A pesar de los avances de las mujeres firmantes, se perfilan desafíos que requieren atención inmediata y acciones coordinadas. Estos desafíos abarcan aspectos que afectan la vida cotidiana y el desarrollo integral de las mujeres, sus familias y comunidades, en los territorios afectados por el conflicto.

Algunos de ellos están referidos a la falta de condiciones laborales; a la generación de ingresos que garanticen su autonomía económica; a la estigmatización; al acceso a la tierra; y a la carga excesiva de cuidado de niños, niñas y personas dependientes, por lo que se requiere una oferta institucional sólida y equipamiento comunitario para abordar estas necesidades y aliviar la presión sobre las mujeres. 

Adicionalmente, es crucial abordar las condiciones estructurales patriarcales y garantizar que las mujeres conozcan y confíen en las rutas institucionales para denunciar y combatir la violencia de género. Finalmente, también resaltamos que la presencia de grupos armados y disputas territoriales en algunos lugares del país representa un riesgo para las mujeres. A la fecha, según el informe de la Misión de Verificación de la ONU, 11 mujeres firmantes de paz, han sido asesinadas desde la firma de los Acuerdos y muchas siguen recibiendo amenazas por el ejercicio de su liderazgo. 

Garantizar los derechos humanos de las mujeres firmantes de paz es garantizar un futuro sostenible en el que las mujeres puedan vivir una vida digna y libre de violencias. Son ellas, como mujeres constructoras de paz, quienes día a día, a pesar de las dificultades, siguen apostándole a un Acuerdo de Paz insignia en el mundo. Frente a este tema, Luz Herminda Velandia, firmante de paz, indica que gracias al Acuerdo de Paz «hemos comenzamos una nueva vida, una nueva etapa, un nuevo proceso; pero ha sido muy difícil adaptarnos a la vida normal. Creo que poco a poco lo hemos venido asimilando, y quiero decirles que seguimos en este desafío».