Por la paz y la seguridad: los derechos de las mujeres colombianas en el centro del Plan de Acción para la Resolución 1325

Las voces y las apuestas reconciliadoras y pacifistas de más de mil mujeres han logrado ser recogidas en un Plan de Acción que busca garantizar los derechos humanos de las colombianas en el marco de la agenda de mujeres, paz y seguridad. Un hito para la región de América Latina en donde Colombia ha tenido uno de los conflictos más longevos del mundo.

Las mujeres son parte fundamental para los procesos de paz. Son ellas quienes lideran esfuerzos de reconciliación y memoria con sus comunidades para hacer posible un futuro en donde los conflictos cesen.

En Colombia el movimiento de mujeres, desde la infinita diversidad de voces y luchas que abraza, ha sido una fuerza potente y organizada que ha logrado ubicar en el debate público cómo las vidas de las mujeres han estado atravesadas por el conflicto interno colombiano.

Toda esta incidencia nacional y global de décadas ha llevado a que después de 23 años de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobara la Resolución 1325 para garantizar la paz y la seguridad de las mujeres, el actual gobierno colombiano avance en la formulación del primer Plan de Acción de la Resolución 1325 en el país.

Una formulación particular, dado que ha logrado incorporar las voces, desde las necesidades y soluciones, de las mujeres colombianos a través de un recorrido a lo largo y ancho del país materializado en 22 encuentros en donde su voz y apuestas fueron escuchadas y recogidas para la consolidación de lo que será el Plan de Acción, convirtiendo a Colombia en el décimo país de América Latina en elaborar un plan de ruta para cumplir con este mandato que ya ha sido adoptado por 107 países en el mundo y que recoge los aportes de más de mil mujeres todas ellas indígenas, negras, afrodescendientes, palenqueras, raizales, mestizas, campesinas, rurales, LBT, firmantes de paz, activistas, con discapacidad, habitantes de zonas urbanas y de fronteras, privadas de la libertad y vinculadas a la academia de todos los departamentos del país.

Sobre este proceso, Beatriz Quintero, integrante de la Red Nacional de Mujeres, comentó que “este documento ha sido construido de forma participativa con las mujeres colombianas de todos los territorios y en toda su diversidad. Podemos decir que contar con esta propuesta del plan de acción nacional de la 1325 ha sido un trabajo constante, persistente e insistente del movimiento de mujeres en Colombia con el objetivo de mostrar la importancia de la agenda de mujeres, paz y seguridad en el país. Este ha sido un trabajo de incidencia que hemos hecho a nivel nacional, internacional y local. El resultado ha sido fructífero y hoy por hoy podemos asegurar que las organizaciones hemos avanzado para que en Colombia se conozca esta agenda e incluso hemos logrado avances tan importantes como tener en algunos planes de desarrollo local compromisos con esta resolución”.

A su turno, Ana Feliza Rivas, integrante de Confluencia municipal de mujeres de Palmira, comentó que “queremos que este Plan de Acción sea un hito para las mujeres en Colombia. Llevamos mucho tiempo trabajando en esto. Queremos ver resultados. Y para que esto se dé queremos que no sea un documento más. Queremos que sea una estrategia que nos dé garantías para la consolidación de la paz. A todas las mujeres que han participado de este proceso, les digo: se vale soñar, pero sobre todo tenemos derecho a que que esos sueños se conviertan en realidad”.

Este proceso permite no solo que se salde una deuda histórica con las mujeres colombianas, sino también el cumplimiento al compromiso con la comunidad internacional de promover desde el enfoque de género, el desarrollo y la implementación de acciones diferenciadas de reparación y protección para las mujeres en el marco de uno de los conflictos armados internos más longevos del mundo. A su vez, evidencia el compromiso del gobierno nacional, la sociedad civil y la cooperación internacional de promover la participación de las mujeres en las acciones de identificación y construcción de planes, programas y políticas que las afectan directamente.

Todo esto posibilitando que las mujeres sigan siendo protagonistas de la construcción de paz desde las realidades que viven en sus territorios y sus comunidades y de la promoción de la reconciliación avanzando hacia un país en el que se aseguren condiciones para una vida digna y libre de violencias desde la participación social y política de las mujeres en toda su diversidad.