En palabras de Teresa Casas, lideresa chocoana: “Mi mayor anhelo es continuar trabajando por las mujeres invisibilizadas porque yo alguna vez lo fui y alguien creyó en mí, ahora mi trabajo es hacer lo mismo por las demás”

Teresa Casas Robledo es una mujer afro de Quibdó, Chocó. Desde muy joven tuvo que salir desplazada de su territorio por el conflicto armado, pese a ello hoy es una de las lideresas más reconocidas en su municipio: hace parte de la Mesa de Mujer Paz y Seguridad que vienen ayudando a otras mujeres y comunidades de 8 municipios del departamento a cuidarse de los riesgos que enfrentan en medio de la crisis social y económica que ha convertido al departamento en uno de los lugares con mayores índices de impacto humanitario por conflicto y violencia armada del país. Teresa hace parte de las más de mil mujeres que han fortalecido su liderazgo con ProDefensoras, una iniciativa de ONU Mujeres, la Embajada de Noruega y la Defensoría del Pueblo, que tiene especial foco en los planes de autocuidado y autoprotección para las defensoras de derechos humanos en Colombia.

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“En la secundaria estudiaba en una institución normalista porque quería ser docente y tener contacto con la comunidad, por situaciones económicas mi madre decidió enviarme con una tía a otro municipio, ahí continué mis estudios en un colegio comercial hasta que tuve que salir desplazada por la violencia que nos tocó vivir" 

Fue un tiempo de miedo y angustias, pese a ello quedaban personas que ayudaban a los demás.  Estudié teología y ahí coincidí con Nubia, una docente que cambió mi vida. Ella lideraba actividades con mujeres víctimas y me enamoré de su labor. Ahí fue entonces cuando empecé a hacer lo que siempre anhelé: estar al servicio de los y las demás y para eso estudié trabajo social”.  


Ser lideresa en Colombia es vivir en constante riesgo, y más aún si a eso le sumamos ser lideresa en el departamento del Chocó, pero estar rodeada por mujeres resilientes que no se rinden y además contar con la posibilidad de que nos apoyen desde otros programas como ProDefensoras, es tener la posibilidad de continuar aprendiendo y fortaleciéndonos mediante espacios de diálogo e intercambios entorno a la economía del cuidado, la protección, la equidad de género y el bienestar psicosocial. Te puede interesar: REDMUCHO, ejemplo de persistencia de las mujeres chocoanas para superar adversidades


Hoy mi mayor motivación sigue siendo eso que se teje desde lo comunitario. Gracias a ProDefensoras hemos podido capacitar y formar a otras defensoras y sus comunidades sobre saberes y herramientas para cuidarse de los riesgos que enfrentamos en medio del conflicto armado y otras situaciones de violencia que nos aquejan.  Asimismo, hemos dado a conocer las rutas de protección estatales establecidas para la protección de lideresas y comunidades.  


ProDefensoras nos ha permitido crear redes de solidaridad y círculos locales de incidencia política para el posicionamiento de la agenda departamental y nacional de las mujeres del Chocó en materia de paz, seguridad y desarrollo sostenible. Vamos trabajando de la mano de todas esas mujeres triplemente discriminadas: por ser mujer, pobre y negra. Un panorama que no nos ha dejado hecho bajar la bandera. En un país como Colombia, con tantas dificultades sociales, recobra valor trabajar con y por las mujeres porque cuando una se empodera, se empodera la familia y la sociedad”.