Por la paz y la memoria, mujeres en proceso de reincorporación avanzan en su ciudadanía plena
Durante seis meses a través de esta iniciativa se trabajaron estrategias para la promoción de derechos de las mujeres en proceso de reincorporación, fortaleciendo su ciudadanía activa, escenarios de reconciliación y construcción de paz, mediante la generación de oportunidades productivas, de formación para el trabajo y educación formal.
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Este proceso culminó con una exposición que en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, en donde los y las visitantes podrán hacer, durante las próximas semanas, un recorrido por los elementos y vivencias del día a día como ejercicio de construcción de memoria de mujeres firmantes del Acuerdo de Paz.
Diana Espinosa, Oficial Nacional de Programa de ONU Mujeres, comentó sobre el cierre del proyecto que “la paz no puede ser sostenible sin las mujeres. La reincorporación es un proceso desafiante y debe ser diferencial, y la tarea no es solo con las mujeres firmantes, es con toda la sociedad. Tenemos socias que marcan la diferencia: ahora las mujeres hacen una puesta deliberada por la vida que quieren, no la que les tocó. Construir la paz es posible y esperamos que en Bogotá estemos a la altura del desafío que implica construir relaciones distintas”.
La capital es la tercera región del país donde más mujeres en proceso de reincorporación hay, después de Meta y Antioquia: aproximadamente el 8.5 % de ellas, quienes llegan en gran medida en búsqueda de oportunidades de empleabilidad y educación. Este porcentaje hace que sea prioritario asumir e implementar medida de apoyo al proceso de reincorporación.
Diana Rodríguez Franco, secretaria de la Mujer de Bogotá, comentó que “este proceso tiene algo muy interesante: incorporó a las mujeres firmantes de paz a nuevas comunidades desde un rol más participativo y sin estereotipos. Es muy diferente que a uno le digan por 3 horas en una clase que no discriminen y que no tenga prejuicios, a cuando es la misma mujer firmante de paz quien muestra y cuenta su realidad, su rol participativo como ciudadana”.
Por su parte, Diana Salcedo López, de la organización implementadora Limpal, apuntó que “sin las mujeres la paz no va y no existe. No somos iguales, sin embargo, lo importante es reconocer que desde nuestras diferencias le apostamos a la paz. Escuchemos el lugar donde las mujeres estuvimos sosteniendo la vida dentro de la guerra”.
Para avanzar en el proceso de reincorporación resulta fundamental seguir fortaleciendo las formas organizativas de las mujeres excombatientes, al igual que el apoyo a sus emprendimientos productivos o individuales y la construcción de su ciudadanía. Al respecto, Manuela Marín, mujer excombatiente e integrante de Ana Paz, comentó que “este proyecto nació a partir de un relacionamiento desde Ana Paz con diferentes sectores del Distrito y el Consejo Nacional de Reincorporación. Teníamos mucho susto, pero la convicción de que el proceso saliera bien fue más grande. La falta de formalización de la reincorporación en ciudades como Bogotá hace muy complejo el proceso”.
Este proyecto se desarrolló en el marco del convenio “Bogotá 50 – 50: Por Un Nuevo Contrato Social Con Igualdad e Inclusión Para Las Mujeres” de ONU Mujeres y la Alcaldía de Bogotá, gracias al apoyo de la Embajada de Suecia.