“La movilización es protectora, acompaña y visibiliza a las mujeres”: Ruta Pacífica
Con la experiencia de 24 años trabajando en los territorios más afectados por las violencias, la Ruta Pacífica se afianza en la defensa de los derechos de las mujeres y la paz en Colombia.Fecha:
Crédito: Ruta Pacífica
Si hay una palabra que identifica a la Ruta Pacífica de las Mujeres es movilización: de las mujeres, de sus ideas, de sus propuestas, de sus acciones, haciendo visible el impacto de la guerra y de las multiples violencias en la vida y cuerpo de las mujeres, pero también movilizaciones y activismo haciendo incidencia en la construcción de la paz.
A lo largo de sus 24 años de existencia en Colombia, la Ruta se ha consolidado como un movimiento feminista con accionar político que le ha permitido hacer presencia en los territorios más lejanos y afectados por el conflicto armado. La Ruta ha logrado llegar a muchos rincones de Colombia con sus mensajes pacifistas, antimilitaristas y de no violencia, así como de aquellos que promueven que las mujeres sean actoras políticas en la construcción de la paz y el postconflicto.
Son contundentes al momento de expresar el sentir de las mujeres: “no parimos hijos e hijas para la guerra”; “no nos arrebatarán la esperanza de la paz en el Chocó”. Y con mensajes como estos llegan a los territorios haciendo eco también de sus mensajes en las ciudades y en los medios de comunicación.
La Ruta llega a solicitud de las mismas mujeres y de sus comunidades, movilizando a cientos y miles de mujeres en momentos en los que los territorios requieren con urgencia la atención del estado para exigir y garantizar sus derechos o para decirle a los actores armados que paren la guerra.
“Los mensajes surgen de las propuestas narrativas y simbólicas desde las mismas comunidades, por ejemplo, cuando hicimos la movilización al Chocó, las mujeres de allá construyeron la consigna: “que regresen los peces al río y se vayan los guerreros” y eso recoge el sentir de las comunidades. Son esas lecturas territoriales las que logran esa conexión con las mujeres y con el resto de la gente”, explica Kelly Echeverry Álzate, coordinadora regional de la Ruta en Antioquia.
En palabras de Kelly, la Ruta ha sido visionaria a través de las narrativas lúdicas simbólicas, pero siendo respetuosa de los saberes de las mujeres y sus comunidades. “La preparación de una movilización implica además del contexto, cómo se narra el cuerpo como primer territorio. El feminismo también nos ha enseñado mucho que las mujeres puedan hablar también a través del teatro, de las prácticas ancestrales, de los rituales. Estas lecturas hacen que seas parte de una movilización y eso permite crear una conexión”.
En su historia de vida, la Ruta tiene una amplia lista de logros: en su accionar político, desde lograr la participación de miles de mujeres en las movilizaciones hasta la insistencia y persistencia en la negociación política; el acompañamiento en diálogos territoriales; haber coadyuvado con otras organizaciones para la expedición del Auto 092 y para la construcción de la ley de víctimas y que se incluyera la violencia sexual como delito en el marco del conflicto armado; la participación en la Comisión de las Mujeres de 2010 al 2013, única desde el feminismo, desde donde se recogieron más de 1000 testimonios de mujeres que posteriormente fueron entregados a la Mesa de Negociación de la Habana y que sirvieron de insumo para lo consignado en el punto 5 del Acuerdo de Paz, entre otros. Todo un trabajo y una vida que tuvo reconocimiento con el Premio Nacional de Paz en el año 2014.
Crédito: Ruta Pacífica
Protección y autocuidado
Sandra Delgado, quien hace parte de la Coordinación Nacional, considera que el mayor vínculo que ha tenido la Ruta desde sus inicios ha sido el trabajo realizado en cuanto a la protección y el autocuidado de las mujeres: “tenemos una capacidad de cohesión y hay un fuerte lazo entre las organizaciones y las mismas mujeres y esa es una manera de protección y autocuidado”.
Por ello, la Ruta pone en lo público cómo las mujeres se afectan en sus vidas, en sus cuerpos y en sus comunidades con el tema de la guerra y cómo las violencias se vuelven un continuo devenir que se vive en los espacios de lo público y lo privado y cómo la guerra las exacerba en todas las direcciones. Y entonces retoma la importancia de la movilización de mujeres que las hace sentirse fuertes, seguras y protegidas entre miles de mujeres, un ejercicio colectivo que las sostiene y las potencia para seguir adelante.
Sandra recuerda cómo en 2003, en Puerto Caicedo, Putumayo, antes de la movilización, en las noches no transitaba la gente, había miedo, los actores armados hacían presencia muy fuerte, las comunidades y las mujeres vivían con mucha zozobra: “allá fuimos unas 3000 mujeres apoyando. Después de que estuvimos, la vida en esa zona cambió, las mujeres volvieron a salir. En clave de Prodefensoras, la movilización se volvió muy protectora, por eso identificamos los lugares más afectados, porque uno de los objetivos es proteger, acompañar, visibilizar y poner en el espacio público el tema de la protección, todo lo que viven las regiones y las comunidades”.
Y más adelante, Kelly, quien hace parte de la Ruta desde los 14 años, narra otra experiencia que la marcó para siempre y le mostró claramente la valentía de las mujeres: “nosotros hicimos una movilización a la Comuna 13, en Medellín, tras la Operación Orión - una operación militar que se dio en octubre del 2002- justo hace 18 años, y nadie quería ir a ese lugar, pero la Ruta fue. Estuvimos más de 300 mujeres acompañando a la comunidad. El grupo fue tan numeroso, que la movilización hizo que algunas de las víctimas fueran rodeadas y protegidas por las mujeres”.
Experiencias como estas les afianza su apuesta con las mujeres y el sostenimiento de las estrategias políticas desde el territorio: “nosotras actuamos de manera orgánica en el territorio, estamos todo el tiempo con ese vínculo, sobre todo en zonas como el Norte y Bajo Cauca antioqueño, porque somos una propuesta continua en el territorio”.
Es así como la Ruta Pacífica en alianza con la Red de Mujeres Unidas del Norte de Antioquia
adelantan el proyecto “No la jugamos toda por el reconocimiento a la labor de lideresas y defensoras Rurales y Campesinas del Norte de Antioquia” en el marco del Programa Prodefensoras, mediante el cual tienen previsto capacitar a 300 mujeres en temas de protección y autocuidado e incidir en la inclusión de planes de protección para lideresas y defensoras de derechos humanos en los planes de desarrollo y el Programa Nacional de Garantías.
La Ruta Pacífica surgió públicamente en 1996 y de ella hacen parte mujeres representantes de 300 organizaciones, con un impacto de sus acciones sobre cerca de 10.000 mujeres ubicadas en más de 142 municipios de 18 departamentos de Colombia: Antioquia, Atlántico, Bogotá, Bolívar, Caldas, Caquetá, Cauca, Guajira, Chocó, Huila, Magdalena, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Quindío, Risaralda, Santander y Valle del Cauca.
Crédito: Ruta Pacífica
Esta historia se ha redactado en el marco de Prodefensoras, una iniciativa de ONU Mujeres en articulación con la Defensoría del Pueblo y con el apoyo de la Embajada de Noruega, que busca proteger la vida de las lideresas y defensoras de derechos humanos en Colombia y la cual beneficia a más de 3 mil lideresas y sus comunidades en los departamentos de Antioquia, Cauca, Nariño y Chocó.
.