ONU Mujeres y la Embajada de Suecia en Colombia lideran conversación sobre inclusión de la economía del cuidado en el Plan Nacional de Desarrollo

En el espacio reunieron a expertos y expertas de diversos sectores para dialogar sobre la economía del cuidado como uno de los aceleradores fundamentales del desarrollo, la economía y la igualdad.

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Foto de la mesa redonda sobre la economía del cuidado
Bibiana Aído Almagro, Representante de ONU Mujeres en Colombia, Cecilia López, economista y política colombiana; Helena Storm, Embajadora de Suecia en Colombia. Foto: ONU Mujeres/Juan Camilo Arias

A propósito de las decisiones que vendrán con el Plan Nacional de Desarrollo del nuevo gobierno y con el ánimo de promover un diálogo de alto nivel alrededor de las implicaciones del trabajo de cuidados en la dinámica económica del país, ONU Mujeres reunió un panel de personas expertas para conversar alrededor de las implicaciones económicas del trabajo de cuidados no remunerado y los desafíos de vincular este enfoque en las prioridades macroeconómicas del país, desde una mirada de aumento en la productividad y el desarrollo.

Este diálogo estuvo motivado a partir del informe “El costo de no integrar el cuidado en la economía” elaborado por Cecilia López Montaño, presidenta del Centro Internacional de pensamiento social y económico (Cisoe) y dirigido por ONU Mujeres en el marco de su alianza de cooperación con la embajada de Suecia, país aliado que ha sostenido y acompañado la agenda de cuidados en Colombia.

El espacio estuvo integrado por representantes de diversas entidades como el Banco de la República, el Consejo Privado de Competitividad, las universidades Javeriana, Rosario y Nacional, a Mesa Intersectorial de Economía del Cuidado, la embajada de Canadá, Inmujeres de México, en el marco de la Alianza Global por los Cuidados, y medios como Forbes y El Espectador.

En su instalación, Bibiana Aído, representante de ONU Mujeres en Colombia, afirmó que “es necesario poner en marcha, de manera prioritaria y decidida, acciones de política macroeconómica que movilicen los cuidados como un sector productivo, con inversiones que permitan la redistribución de esta carga que recae sobre las mujeres con el Estado, el sector privado y las familias”.

Por su parte, Helena Storm, embajadora de Suecia en Colombia, señaló cómo en el país nórdico una parte del trabajo de cuidados no remunerado entró a ser responsabilidad del sistema de bienestar público, contribuyendo así al aumento de la tasa de empleo de las mujeres en la fuerza laboral y una mayor independencia financiera que aumentó su bienestar y su poder en el hogar y en la sociedad.

El informe presentado por Cecilia López muestra el impacto que tiene la agenda de cuidados en el desarrollo y la economía y sugiere recomendaciones concretas para priorizar en términos de política pública nacional. Allí, la autora plantea el cuidado como una prioridad para el desarrollo económico, haciendo énfasis, en cómo la pandemia sacó a la luz la inmensa importancia del cuidado remunerado, pero especialmente el no remunerado, que no se detuvo y más que cualquier otra actividad atendió las nuevas demandas de la población, recayendo especialmente sobre las mujeres. 

Además, presenta los cuidados como una actividad productiva al ser un trabajo que demanda tiempo y energía; produce bienes y servicios; y es fundamental para el funcionamiento del mercado porque permite la reproducción social de las personas y, por ende, contribuye al bienestar de la sociedad.

Foto tomada durante la mesa redonda de la economía de cuidados
Foto tomada durante la mesa redonda de la economía de cuidados. Crédito: ONU Mujeres Colombia/ Juan Camilo Arias

Tras la presentación del estudio, Iván Bernal, editor de empresas del diario La República, moderó un diálogo abierto entre las y los expertos asistentes, el cual recogió algunas recomendaciones y comentarios sobre el modelo presentado.

En este sentido, Luis Jorge Garay, economista e investigador, resaltó que “tal y como lo demuestra Cecilia López en su modelo de equilibrio general, al reconocer que la esfera de la reproducción social es una esfera pública que tiene que ser atendida no solo por el Estado sino por el mercado y por las organizaciones comunitarias y colectivas, se van a crear mejores condiciones de crecimiento y un sistema de justicia social con enfoque de género.”

De otro lado, Carlos Sepúlveda, decano de Economía de la Universidad del Rosario, planteó la importancia de definir cuál es el modelo de bienestar ideal, que sea, a su vez, sostenible e integral. Señaló también la necesidad de invertir en infraestructura y servicios de cuidado que permitan su redistribución, así como de impulsar procesos de transformación cultural.

Paula Herrera, de la Universidad Javeriana, sugirió enfocar cualquier modelo de cuidados no solo en las mujeres que están fuera de la economía laboral sino también, es importante incluir aquellas que hacen parte activa de la fuerza laboral y que resultan ejerciendo dobles jornadas entre su trabajo profesional y el trabajo de cuidados, sin acceso a espacios y tiempo para ocio y entretenimiento.  

Para el cierre, Andrea Paola García, representante de la Mesa Intersectorial de Economía del Cuidado, enfatizó en lo imperativo de medir el aporte de la economía del cuidado al PIB y cómo a través de esta medición se podrá avanzar para un pleno reconocimiento de los trabajos de cuidado.