Cómo acabar con las guerras: la importancia de invertir en la agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad
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Veinticinco años después de que el mundo declarara que la paz exige igualdad de género, los fondos destinados a la consolidación de la paz han disminuido y los conflictos están aumentando.
Cuando las mujeres tienen un lugar en la mesa de negociación, la paz es más probable, más inclusiva y más duradera. Sin embargo, 25 años después del lanzamiento de la agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad —cuando el liderazgo mundial reconoció los terribles efectos de la guerra en las mujeres y niñas, y consagró el derecho de las mujeres a participar en pie de igualdad en los procesos de paz—, los Gobiernos están incumpliendo sus obligaciones.
Lee nuestro artículo explicativo para entender cómo la igualdad de género y la paz van de la mano, y qué está en juego cuando las naciones no invierten plenamente en ellas.
¿Qué es la agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad?
El 31 de octubre de 2000, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó por unanimidad la resolución 1325. Tras años de una intensa labor de lucha, se puso en marcha lo que se conoce como la agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad.
En términos sencillos, el liderazgo mundial se comprometió con un nuevo enfoque sobre los conflictos y la paz, más allá del paradigma de las partes enfrentadas y de los grupos de poder tradicionales, ambos dominados por los hombres, incluso en la actualidad. La resolución 1325:
- Reconoce que las mujeres y niñas se ven perjudicadas por los conflictos de formas distintas, terribles y con las que hay que acabar;
- Establece que la participación significativa de las mujeres en los procesos de paz es esencial para prevenir los conflictos, ponerles fin y recuperarse de ellos.
Después de todo, ¿cómo puede conseguirse algo cercano a una paz verdadera si no se tienen en cuenta las necesidades y opiniones de la mitad de la población? En la actualidad existen 10 resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre las mujeres, la paz y la seguridad que son vinculantes para todos los países miembros de la Organización.
Los cuatro pilares de la agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad
Estos cuatro pilares establecen la igualdad de género y la paz como objetivos —y responsabilidades— indisociables.
- Prevención: en primer lugar, los conflictos deben evitarse, o terminarse siempre que sea posible. Allí donde hay igualdad de género, los conflictos son menos probables. Y donde haya un conflicto, las partes deben prevenir todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas.
- Protección: hay que proteger los derechos y la seguridad de las mujeres y niñas. Es preciso tener en cuenta las formas en que se ven afectadas por los conflictos, especialmente por la violencia sexual.
- Participación: las mujeres deben participar en todas las decisiones relativas a la paz y la seguridad, desde los consejos locales hasta el ámbito internacional. Con una participación igualitaria y significativa, los procesos de paz y seguridad son más inclusivos y, por tanto, más legítimos y más duraderos.
- Asistencia y recuperación: en los procesos de reconstrucción tras un conflicto o una crisis, las mujeres y niñas presentan necesidades específicas. A menudo, son las principales cuidadoras de infancias y personas mayores. Las organizaciones dirigidas por mujeres desempeñan un papel vital en este campo, al garantizar el acceso seguro a alimentos, agua y artículos de higiene durante los conflictos y después de ellos.
Por qué es importante la agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad: avances desde el año 2000
Al reflexionar sobre los 25 años de la agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad, queda claro que cuando las mujeres lideran, llega la paz.
- Cuando se empodera a las mujeres y niñas, se puede lograr una paz duradera. En Colombia, las negociadoras de paz que ayudaron a poner fin a la guerra civil definen ahora la justicia transicional.
- Las organizaciones dirigidas por mujeres llegan a las mujeres y niñas incluso en los escenarios de conflicto más complicados. En el Afganistán, Gaza, Sudán y en todo el mundo, las mujeres no se rinden.
- El número de mujeres que pasan a la primera línea de respuesta va en aumento. En Ucrania, protegen a sus comunidades y se protegen entre ellas.
- La paridad de género y las cuotas impulsan el éxito de las mujeres en el ámbito de la paz y la seguridad. A medida que aumenta el número de mujeres uniformadas, estas se conectan con las comunidades y mantienen la paz de nuevas formas. Mientras tanto, las culturas militar, policial y de mantenimiento de la paz están abandonando poco a poco los dañinos estereotipos de género y apoyando a las personas cuidadoras.
- Los delitos contra las mujeres y niñas ya no se aceptan como el precio de guerra. Cada vez se llevan a juicio más crímenes de guerra contra las mujeres, aun si la justicia sigue enfrentando desafíos.
- Mujeres y niñas de todo el mundo reclaman la paz y el desarme. En Malasia, las jóvenes se manifiestan contra las armas nucleares.
Cuando la paz se propaga al conjunto de la sociedad, puede verse y sentirse: aumenta el número de mujeres que votan en las elecciones, disminuye el de niñas obligadas a contraer matrimonio infantil y crece el de mujeres que lideran diálogos comunitarios.
ONU Mujeres y su mandato en relación con las mujeres, la paz y la segurida
La igualdad de género es más que una posibilidad. Es un requisito para la paz. ONU Mujeres se fundó con el objetivo de promover la igualdad de género para todas las mujeres y niñas; el tema de las mujeres, la paz y la seguridad, por tanto, ocupa un lugar central en su misión.
Entre otras muchas iniciativas, ONU Mujeres apoya:
- La amplificación de las voces de mujeres y niñas en contextos de crisis y de las que luchan por la paz, desde el Consejo de Seguridad hasta sus propias comunidades;
- La investigación y documentación de las atrocidades cometidas contra las mujeres y niñas en las guerras;
- La inversión en iniciativas lideradas por mujeres para construir la paz y la cohesión social tras los conflictos;
- La colaboración con los Gobiernos para apoyar las reformas de las políticas e incorporar a un mayor número mujeres a los sectores de la seguridad y la justicia, así como a todas las plataformas en las que se adopten decisiones;
- El financiamiento de las organizaciones de mujeres de base, incluidas las de jóvenes activistas;
- La recopilación y difusión de datos a fin de ampliar los conocimientos mundiales sobre las mujeres, la paz y la seguridad.
A 25 años de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: próximos pasos de la agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad
En ausencia de medidas concretas, la paz será todavía más difícil de alcanzar. Afortunadamente, el camino se trazó hace 25 años.
Hoy, 115 países ya han esbozado planes de acción nacionales con las medidas que adoptarán para implementar la agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad, y la cifra va en aumento. Sin embargo, el número de países que están financiando plenamente estos compromisos es demasiado reducido.
Este año también se celebra el 30.º aniversario de la Declaración de Beijing, un plan mundial para lograr la igualdad de género. La agenda de Beijing+30 insta a financiar íntegramente estos planes nacionales, así como a las organizaciones de mujeres que trabajan en la primera línea de respuesta.
Veremos avances cuando aumente el número de mujeres que participan en los procesos de paz y que reciben ayuda, desde las grandes ciudades hasta las localidades más remotas. Veremos avances cuando los países apoyen la agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad no solo como una política, sino como un movimiento social cada vez más amplio que llegue a todas las generaciones.
Cuando las mujeres lideran, llega la paz. Pero cuando las mujeres se pronuncien: ¿las escuchará el liderazgo mundial?