La fuerza de las mujeres firmantes que siembran paz en Caquetá en el marco de ProDefensoras
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En el marco de la iniciativa ProDefensoras, liderada por ONU Mujeres con el apoyo de la Embajada de Noruega, la Asociación de Mujeres Productoras de Esencias de Paz, ASMUPROPAZ lanzó oficialmente su planta de procesamiento de hierbas aromáticas. Este es un hito para el avance de la autonomía económica de las mujeres firmantes de paz y de las comunidades. Detalles.
En el corazón del Caquetá, en el Espacio Territorial de Agua Bonita, un grupo de mujeres firmantes de paz demostró una vez más que la reconciliación se teje con trabajo colectivo, compromiso y esperanza. El pasado 18 y 19 de septiembre, Asmupropaz, organización socia de ProDefensoras, iniciativa liderada por ONU Mujeres con el apoyo de la Embajada de Noruega, avanzó con la inauguración de un sistema de energía solar que impulsa una planta de transformación de hierbas aromáticas en productos biocosmetológicos, con el apoyo igualmente de la Red Adelco y la Embajada de Portugal.
Esta planta de procesamiento, sembrada en la Amazonia representa un sueño cultivado durante años: la posibilidad de sostener sus proyectos productivos con autonomía, aportando al bienestar de sus familias y comunidades y a la construcción de un futuro en paz en Colombia.
Mujeres que transforman la Amazonia
El proyecto “Esencias de la Amazonia para la Paz”, que reúne a mujeres firmantes de paz y de la comunidad del municipio de la Montañita, en Caquetá, ha fortalecido sus capacidades y hoy tiene como resultado transformar plantas aromáticas en oportunidades de vida, a través de jabones y shampoo de hierbas, velas aromáticas y aceites esenciales. Detrás de cada esencia producida hay historias de resistencia, aprendizajes compartidos y la certeza de que las mujeres pueden sostener la paz desde sus territorios.
Yolima, firmante de paz y socia de ProDefensoras, lo expresa con sencillez y profundidad: “El proceso de reincorporación ha sido muy importante, principalmente por mi hijo, por poder compartir con él y formarlo para que sea un buen ser humano. Desde que llegamos a Agua Bonita todo ha sido aprender y conocer. Lo más bonito es que el acompañamiento que recibimos, como el de ONU Mujeres, nace de la intención de contribuir a la paz, y eso es fundamental”.
Miyerlath , quien llegó a la vereda hace dos años, descubrió en Asmupropaz una familia extendida: “Al conocer a las y los firmantes de paz entendí que éramos lo mismo, solo con experiencias diferentes. Hoy tengo grandes amistades y he aprendido mucho. Son personas trabajadoras, entregadas y constantes”.
Un símbolo de reconciliación
La inauguración de la planta reunió a la comunidad, autoridades locales, organizaciones sociales y académicas, y a las propias mujeres firmantes que día a día sostienen este proceso. El encuentro fue una muestra viva de cómo la sociedad civil, las instituciones y la cooperación internacional pueden unirse para impulsar proyectos que transforman realidades y consolidan la paz desde lo local.
Nueve años después de la firma del Acuerdo Final, estas mujeres siguen demostrando que la paz no es un punto de llegada, sino un camino que se recorre con constancia. Sus manos, que antes conocieron la guerra, hoy cultivan plantas, producen esencias y generan alternativas económicas que fortalecen la vida comunitaria.
La paz florece en Agua Bonita
Cada planta aromática cultivada, cada frasco de esencia producido, lleva consigo el mensaje de que la paz florece en los territorios cuando las mujeres tienen voz, autonomía y oportunidades.
Porque la paz, como ellas mismas lo dicen, se sostiene con trabajo, amistad y comunidad. Y en Agua Bonita, la fuerza de las mujeres sigue demostrando que la paz tiene aroma, color y sabor a vida digna.