Desde mi perspectiva: “con la ayuda humanitaria avanzamos en la protección de la vida de las lideresas”

Hoy, en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, Vanessa Rivas López , lideresa chocoana, en su propia voz nos cuenta cómo ha sido ayudar a otras mujeres y por qué se hace urgente en contextos como el chocoano la ayuda humanitaria.

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 Crédito: Cortesia de Vanessa Rivas López 

 
Vanessa Rivas López  hace parte del Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato (Cocomacia) en el departamento de Chocó, Colombia. Ella es una de las lideresas que ha hecho parte de los proyectos humanitarios que ONU Mujeres ha avanzado en esa zona del país con el apoyo de Cosude y el Central Emergency Response Fund (Cerf). Hoy, en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, en su propia voz nos cuenta cómo ha sido ayudar a otras mujeres y por qué se hace urgente en contextos como el chocoano la ayuda humanitaria.

Soy lideresa gracias al legado de mi madre. Ella siempre me llevaba a los eventos de las lideresas y me inculcó la importancia de ayudar a los demás. Cuando me gradué de la secundaria comencé a hacer parte de los procesos de mujeres de mi comunidad y logré enterarme de cerca de sus problemáticas y necesidades, que iban desde afectaciones económicas, violencias de las que eran víctimas hasta la vulneración de sus derechos territoriales. 

Por todo este interés de siempre querer ayudar es que finalmente logré involucrarme en el proyecto humanitario. Estar ahí significó para mí avanzar en mi liderazgo. Ha sido muy gratificante poder acompañar a otras mujeres de mi comunidad, poderles decir: no están solas. A través del proyecto pudimos hacer entrega de ayuda humanitaria a las mujeres que se han visto afectadas por la pandemia y la ola invernal en el Chocó, ellas encontraron en los artículos de aseo personal y la comida una gran ayuda. Así mismo, hicimos un mapeo de las situaciones de mayor riesgo humanitario para ellas. 

Logramos  ubicar los riesgos humanitarios geográficamente, especialmente en el municipio de Quibdó (capital del departamento del Chocó). El propósito era identificar esos sitios o situaciones en las que nosotras como lideresas y mujeres de la comunidad nos vemos afectadas. Estos ejercicios han resultado muy importantes porque tomamos consciencia que como mujeres no nos vemos afectadas de la misma manera de las demás personas, incluso muchas a propósito de la pandemia o el invierno hemos tenido afectaciones no solo económicas sino también emocionales. El proyecto también nos permitió encontrarnos, apoyarnos, no solo para entregar las ayudas a las más necesitadas.

La situación en el Chocó es bastante crítica y las ayudas humanitarias que hemos logrado entregar han sido de mucho alivio para las mujeres y sus familias. Muchas compañeras por estar desempleadas no lograban llevar un sustento a sus familias, especialmente en esta época tan difícil por todo lo que ha provocado el virus, a eso debemos sumarle algunas situaciones muy difícil por algún tipo de violencia que han sufrido al interior de sus hogares o en los barrios que habitan, en donde la situación de violencia urbana es muy difícil, o por las lluvias. Ahora en agosto hemos estado en invierno y hay muchas lideresas que viven en barrios periféricos y cada que hay un crecimiento del río se les inundan sus hogares. Todo lo que hemos hecho con el proyecto justamente nos sirve para estar atentas y poderlas ayudar, poder reaccionar a tiempo.

El apoyo humanitario que hemos logrado entregar ha servido para que las mujeres no estén preocupadas y les permite poder estar un poco más tranquilas en medio de todas estas situaciones lamentables. Es un aporte esencial para ellas porque les permite sobrevivir. De esta manera también avanzamos con la protección de sus vidas: si hay comida, lo demás se puede solucionar poco a poco. Las redes de apoyo que hemos construido gracias al proyecto han sido tan fuertes como para que todas digamos: no estamos solas”.