Cuidando a quienes cuidan: funcionarios y defensoras de derechos humanos reciben acompañamiento psicosocial

La Fundación Círculo de estudios Culturales y Políticos brinda acompañamiento psicosocial y capacita a 300 funcionarios de la Defensoría del Pueblo y a 100 mujeres lideresas y defensoras de derechos humanos en el marco del programa ProDefensoras

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Crédito: Fundación Círculo de Estudios Culturales y Políticos 

El nombre del proyecto que vincula a la fundación Círculo de Estudios Culturales y Políticos con el programa ProDefensoras “Cuidado de sí para cuidar la otredad”, encierra en pocas palabras el contenido de una propuesta que incluye conceptos, ideas y objetivos muy interesantes y complejos relacionados directamente con los procesos de autoprotección y autocuidado de la lideresas y defensoras de derechos humanos en los territorios.

La fundación, creada en el año 2009, fue recientemente seleccionada por ONU Mujeres en conjunto con la Defensoría del Pueblo de Colombia, a fin de capacitar y brindar herramientas para la gestión de los impactos físicos y emocionales de su labor a 300 funcionarios de la entidad y 100 lideresas y defensoras de derechos humanos en Cauca, Nariño, Chocó y Antioquia.   

Su trabajo, en observancia de los DDHH y el DIH, ha consistido en el acompañamiento y la recomposición desde la perspectiva psicosocial, a mujeres en procesos de reivindicación de derechos y a funcionarios en el mantenimiento de su salud mental para la prevención del síndrome de Burnout; a través de la metodología de los Círculos de Estudios, basada en la construcción de lo que han denominado redes infinitas de conocimiento, que se desarrollan entre las/los participantes. Se trata de una propuesta de trabajo colectivo e interdisciplinario, que otorga importancia al proceso de acciones tripartitas entre la Cooperación Internacional, la institucionalidad Estatal y la Sociedad Civil. 

 

Crédito: Fundación Círculo de Estudios Culturales y Políticos 

Con este proyecto, la Defensoría viene avanzando en el cumplimiento de dos de las cuatro estrategias definidas por la institución en el ejercicio de articulación con la alianza entre ONU Mujeres y la Embajada de Noruega, en el marco del programa ProDefensoras.

Bajo esa orientación, la fundación desarrolla sus actividades a partir de dos estrategias: por una parte el mejoramiento de las capacidades para el autocuidado y acompañamiento psicosocial dirigido a funcionarios y defensoras; y por otra, el fortalecimiento técnico en prevención y protección integral, como aporte a la construcción de entornos locales seguros, favorables y protectores para defender los derechos humanos en Pasto, Tumaco, Quibdó, Medellín, Apartadó, Caucasia, Popayán y Bogotá.

La confluencia de lo cultural y lo político en la gestión que desarrolla la fundación no es casual. Es la forma ingeniosa e innovadora como han buscado obtener resultados que favorezcan a quienes han sufrido grandes impactos por la violencia y a quienes deben por su trabajo acompañar esos casos desde sus roles funcionales y sociales. “Procuramos siempre que con nuestros programas se aprendan y vivan los derechos humanos a través de las artes escénica, buscamos democratizar el discurso de los derechos humanos, que se pueda entender en forma sencilla y vivida para que se descubra su significado”, explica Nhora Álvarez, directora de la fundación.

Nhora relata: “durante cinco años hemos trabajado acompañando a mujeres desde lo psicosocial. Hemos documentado casos con el propósito de reconstruir el relato de vida de las mujeres y ayudarles a incorporarlo en su biografía, es decir, desde una forma no victimista, entendiendo el contexto social y político de las violencias basadas en género y la violencia sexual. Durante cinco años acompañamos a casi 1500 mujeres y en los dos últimos años nos encargamos de sistematizar los casos, entregando el pasado 9 de noviembre el informe más amplio y completo que se haya entregado hasta ahora a la Comisión de la Verdad: son 479 casos de violencia sexual en contra de mujeres y personas LGTBI.

El impacto de este proceso que lidera la Defensoría a través de la fundación en relación con el programa ProDefensoras será de la mayor importancia. Apunta a ejes fundamentales del programa, como son, entre otros, el fortalecimiento de la respuesta institucional en materia de prevención y protección, el impulso a mecanismos que garanticen el derecho a la participación y a la inclusión de enfoques diferenciales a través de diálogos interculturales para la prevención y protección.

Nhora concluye con estas palabras: “el rol de las mujeres en la construcción de la paz ha sido histórico, ha costado, pero se ha hecho a lo largo de la historia de la humanidad aportando desde sus saberes. No se puede desfallecer, hay que construir escenarios que nos permitan expresar lo que vivimos, lo que sentimos, hay que construir un tejido que defienda a las mujeres, que las apoye, que no las deje solas y hay que insistir sin descanso en el aporte de ellas para la construcción de paz”. 

Crédito: Fundación Círculo de Estudios Culturales y Políticos 

 

    

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