Con comité directivo finalizó intercambio de experiencias entre Guatemala y Colombia

Entidades de Naciones Unidas, junto a las mujeres de Sepur Zarco, Guatemala, y Vista Hermosa, Colombia, compartieron sus reflexiones, como víctimas de conflictos armados, sobre el acceso a la justicia y la no repetición

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Crédito: ONU Mujeres 

En un evento virtual cerrado y con la asistencia de 54 personas, entre mujeres de Guatemala, Colombia y representantes de entidades de Naciones Unidas, se llevó a cabo el tercer y último intercambio de experiencias en el marco del Modelo Territorial de garantías de no repetición y de empoderamiento de las mujeres y jóvenes para su acceso efectivo al Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No repetición (SIVJRNR), desarrollado en el municipio de Vista Hermosa, departamento del Meta. 

Este modelo territorial, que ha sido liderado por ONU Mujeres con el apoyo de la Iniciativa de Promoción de Género y Juventud – GYPI (por sus siglas en inglés) del Fondo de Consolidación de la Paz - PBF (por sus siglas en inglés) del Secretario General de las Naciones Unidas y la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, le permitió a mujeres y jóvenes de Vista Hermosa que han sido víctimas del conflicto armado acceder al Sistema Integral de Justicia con informes que dan cuenta de desaparición forzada y violencia sexual.

Este caso colombiano se entrelaza con la experiencia de las mujeres de Sepur Zarco, Guatemala, toda vez que ellas también sufrieron los vejámenes del conflicto, particularmente en la guerra civil guatemalteca, y llevaron a sus victimarios ante la justicia. El caso colombiano y guatemalteco son referentes innovadores en la búsqueda de garantías para el ejercicio de los derechos de víctimas de violencia sexual y desaparición forzada y han abordado procesos con mujeres de diversas edades, dando respuesta a territorios particularmente abandonados por el Estado.

Durante el encuentro, María Noel Vaeza, Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, comentó que este tipo de encuentros “ayudan a elevarnos como mujeres, a tomar consciencia de que juntas somos muchísimo más fuertes. Quiero agradecer la valentía de las mujeres de Guatemala y también a las mujeres en Colombia porque todo esto encarna lo significativo que son los espacios de construcción de paz territorial. El caso Sepur Zarco y el de Vista Hermosa nos demuestran que sin las mujeres no podemos llegar a una paz estable y duradera”.

Asimismo, Alice Beccaro, coordinadora del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para el Sostenimiento de la Paz, comentó que “las lecciones aprendidas de este modelo territorial en Colombia las podemos replicar en todos los demás proyectos que el Fondo apoya. Cada vez más le estamos poniendo atención a que no sean unos simples talleres sino que de verdad sea una herramienta para que las mujeres se empoderen y puedan acceder al Sistema Integral de Justicia y también de que puedan hacer incidencia en las políticas de sus municipios”.

 

En voz de las mujeres de Guatemala y Colombia:

Demesia Yat, una de las mujeres de Sepur Zarco y quien fue víctima durante la guerra civil en Guatemala, comentó que en el caso de las mujeres de su comunidad “la justicia nos llevó muchos años. Hay momentos en los que nos gana el miedo y la vergüenza, pero para nosotras la otra lucha ha sido perder ese miedo. Nosotras pudimos llegar a la justicia, y les quiero decir a mis compañeras colombianas que vencer las dificultades en el camino debe ser la meta. Quiero motivarlas a que sigan ese cmaino por conseguir justicia”. 

Por su parte, Inés Roncancio, una de las jóvenes de Vista Hermosa, Meta, que hizo parte del proyecto, comentó que gracias a él “pude crecer más como líder. Siento que con lo que he aprendí puedo ayudar a mi comunidad, además logré hacer incidencia en la agenda de paz de mi comunidad y participar del plan de desarrollo de Vista Hermosa”. 

El intercambio de experiencias contó con tres espacios virtuales que funcionaron como práctica pedagógica reflexiva sobre estas dos experiencias inspiradoras  que pueden nutrirse y referenciarse para avanzar en los caminos ya iniciados de construcción de igualdad de género y de paz territorial para las mujeres. Por ello, en estos espacios las voces centrales fueron las de las mujeres y jóvenes, que han sido partícipes de cada proceso territorial. 

 
     

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