Declaración de ONU Mujeres para el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos (19 de junio)

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Este año, en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, celebramos los diez años de la adopción de la histórica resolución 1820 (2008) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que clasifica al uso de la violencia sexual relacionada con los conflictos como un impedimento para la restauración de la paz y la seguridad internacionales.

Durante esta década, hemos sido testigos de avances innovadores en la lucha contra la violencia sexual relacionada con el conflicto, que incluyen los enjuiciamientos exitosos por parte de los tribunales nacionales e internacionales a los agresores que parecían intocables; las reformas legales y legislativas para mejorar la protección y garantizar el acceso a la justicia a las sobrevivientes y testigos; conjuntos integrales de servicios especializados para las sobrevivientes, que incluyen iniciativas de rehabilitación socioeconómica y reparaciones; códigos de conducta para las fuerzas de seguridad con el fin de garantizar la sensibilización y la capacitación sobre la violencia sexual relacionada con el conflicto; y una mentalidad global general que rechace firmemente estos delitos y apoye los esfuerzos de las mujeres y sus organizaciones para eliminarlos.

Sin embargo, en todo el mundo la violencia sexual continúa siendo una estrategia táctica, efectiva y gratuita para aterrorizar a las comunidades y facilitar las ventajas territoriales, políticas y económicas en el campo de batalla. En la República Democrática del Congo, la violencia sexual se ha extendido a las provincias que alguna vez no estuvieron afectadas por el conflicto; en Myanmar, las comunidades se han visto obligadas a huir debido a graves violaciones de los derechos humanos, que incluyen la violencia sexual generalizada.

La respuesta de la comunidad internacional debe ser clara, integral, rápida y sostenible. Evitar estos delitos debería ser nuestra prioridad número uno.

En ONU Mujeres, continuamos implementando estrategias en contra de la violencia sexual en el conflicto. Esto incluye apoyar los Planes de acción nacionales sobre paz y seguridad de las mujeres como herramientas para promover la participación, el liderazgo y la protección de las mujeres contra la violencia de género y la violencia sexual relacionada con el conflicto y actuar como Secretariado de la Red de Puntos Focales sobre Mujeres, Paz y Seguridad, un foro informal e interregional en que más de 80 estados miembros y organizaciones regionales comparten mejores prácticas. También colaboramos estrechamente con organizaciones de mujeres, por ejemplo, a través del Fondo Mujeres para la Paz y la Acción Humanitaria (WPHF), un mecanismo global de financiación conjunta que en 2017 brindó apoyo a más de 30 organizaciones de la sociedad civil en cuatro áreas prioritarias: Burundi, Colombia, Jordania e Islas del Pacífico.

Junto con la prevención, se necesita urgentemente una mayor rendición de cuentas por la violencia sexual en los conflictos. Debemos hacer más para convertir una cultura de impunidad en una cultura de disuasión, garantizando que los esfuerzos para documentar e investigar los delitos internacionales den prioridad a la violencia sexual. Desde 2012, ONU Mujeres se ha asociado con Justice Rapid Response (Respuesta rápida de la justicia) en la "Lista de expertas y expertos en justicia sobre violencia sexual y violencia de género de JRR-ONU Mujeres", una herramienta para movilizar rápidamente a expertas y expertos para que investiguen la violencia sexual en un conflicto. En 2017, las personas que figuran en la lista ayudaron a documentar pruebas en países como la República Popular Democrática de Corea, Iraq, Kosovo, Sudán del Sur, Siria y Yemen.

También es esencial garantizar que las mujeres desempeñen un papel clave en los procesos de paz y seguridad. Se ha reconocido que la participación de las mujeres en los componentes militares de las operaciones de paz es un factor crítico que contribuye al éxito de la misión, tanto en los marcos normativos de las Naciones Unidas, como por los propios comandantes sobre el terreno. Aun así, un número extremadamente bajo de personal militar femenino se moviliza en las actuales misiones para el mantenimiento de la paz. A través del Curso para mujeres oficiales del ejército (FMOC), ONU Mujeres tiene como objetivo alentar a las oficiales militares a que participen en las misiones de paz de la ONU. En 2017, 123 oficiales mujeres recibieron capacitación.

Ningún país puede poner fin al flagelo de la violencia sexual solo. Pero al priorizar la prevención, forjar alianzas estratégicas y desarrollar buenas prácticas, juntos podemos brindar soluciones sostenibles y efectivas para las mujeres, las niñas y las sociedades.