Seminario Internacional: "Mujeres y medios en procesos de paz"

Palabras de Martín Santiago Coordinar Residente Humanitario de la ONU en Colombia durante la apertura del evento

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Quisiera iniciar agradeciendo a la Red de Periodistas con Visión de Género por permitirme compartir con ustedes este espacio sobre las experiencias de las mujeres y los medios de comunicación en la construcción de paz.

Para la ONU, y en particular para UNFPA, ONU Mujeres y el PNUD que han apoyado decididamente la realización de este encuentro, es un honor conmemorar y celebrar 10 años de trabajo comprometido en el que a través de su labor comunicativa nos han permitido conocer las realidades que viven las mujeres y sumarnos a la reivindicación de sus derechos.

Un saludo muy especial a las periodistas que nos acompañan hoy desde otros países para enriquecernos con sus experiencias y contribuir a una discusión vital para Colombia y para el mundo.

El trabajo de todas ustedes, comunicadoras, mujeres periodistas, activistas, y jóvenes estudiantes de la profesión, es fundamental para avanzar hacia la equidad de género y construir -sobre esa base- las transformaciones sociales tan necesarias para consolidar la paz en el mundo. 

La historia es lo que sucede, pero también lo que se cuenta. Ustedes mejor que nadie saben que la realidad se construye y representa a través del lenguaje. Si determinados capítulos no se cuentan desde el lenguaje propio de unas y otras, se corre el riesgo de que la historia sea escrita solamente por algunos. 

Sabemos que la guerra tiene efectos diferenciados en los grupos de población, y que las mujeres los sufren de manera desproporcionada. Sabemos también que las mujeres juegan un rol fundamental en la prevención, mediación y recomposición del tejido social. Sin embargo, aún persisten grandes retos para reconocer plenamente este rol, y más aún, construir propuestas y dedicar recursos que superen las brechas para integrar las perspectivas de género en los procesos de paz.

Colombia es una referencia importante y felicitamos una vez más el trabajo que se la subcomisión de género de La Habana llevó adelante. El Informe de Desarrollo Humano 2016 del PNUD “Desarrollo Humano para todas las personas” recoge la manera en que el empoderamiento de las mujeres como participantes efectivas puede tener gran impacto. Un tercio de los participantes de las negociaciones fueron mujeres. Su trabajo aseguró que quienes cometieron violencia sexual en el conflicto respondan a la justicia. También abogaron por el apoyo económico de las mujeres en áreas rurales en las actividades de desarrollo. Basado en datos de ONUMujeres, este Informe de Desarrollo Humano señala que cuando las mujeres son incluidas en los procesos de paz, hay un 20% de aumento en la probabilidad de que el acuerdo trascienda los 2 años y un 35% en que dure al menos 15 años.

Para avanzar en esa tarea, su trabajo periodístico es fundamental. Recoger sus narrativas de manera incluyente y desde cada rincón de los territorios, denunciar con valentía e incidir para que la paz reivindique sus derechos cerrando con pertinencia las brechas de desigualdad de género, sociales y económicas es vital para que la construcción de paz no deje a nadie atrás.

La Plataforma de Acción de Beijing, considerada el plan más progresista que jamás ha existido para promover los derechos de la mujer, contempló 12 esferas de especial interés, luces rojas sobre las que los estados debían poner atención. Una de estas esferas es la Comunicación. Las conclusiones de la Cumbre de Beijing dedicaron por primera vez en la historia de una Conferencia Mundial sobre la Mujer un capítulo a los medios de comunicación y las mujeres, recogido en el “Apartado J”.

Hace 22 años, los 189 Estados Miembros de las Naciones Unidas reconocieron el papel crucial de los medios de comunicación en el cambio de los estereotipos de género que influyen en nuestra forma de pensar y actuar. Asimismo, coincidieron en que el número de mujeres en los medios de comunicación debe aumentar, incluyendo en los cargos de toma de decisiones.

Algunas de las medidas para seguir avanzando fueron fomentar la capacitación de las mujeres, adoptar directrices profesionales para reducir la discriminación, y crear grupos de vigilancia de los medios de comunicación a efectos de supervisión.

Desde la Conferencia de Beijing, ha habido algunos progresos. El porcentaje de historias relatadas por mujeres ha aumentado en la mayoría de las áreas temáticas, y las mujeres se encuentran entre los usuarios más activos de los medios sociales. Cada vez más, conocemos las historias de mujeres que contribuyen a construir paz y desarrollo en sus territorios. Cada vez vemos más noticias de mujeres políticas, empresarias, deportistas... No sólo porque cada vez más las mujeres acceden a cargos de liderazgo, también porque los medios de comunicación se comprometen a contar estas historias.

Sin embargo, con un simple examen rápido de los contenidos de los medios de comunicación se observa que todavía queda mucho por hacer. Muchos contenidos siguen reforzando estereotipos de género; siguen victimizando o revictimizando a las mujeres; los protagonistas de las noticias relacionadas con sectores considerados “duros” como política o economía siguen siendo mayoritariamente hombres, pese a los grandes aportes de las mujeres, y pocas mujeres ocupan los puestos de alta dirección en medios de comunicación.

Múltiples investigaciones apuntan a que las noticias continúan siendo mayoritariamente hechas por hombres para hombres. El reporte del Proyecto de Monitoreo de Medios Globales (GMMP) basado en 114 países mostró para 2015 que solamente el 24% de personas vistas, escuchadas o leidas en los medios eran mujeres. El mundo online refleja una figura similar de 26%. Los resultados muestran una persistente y grave disparidad entre la representación de las mujeres y los hombres en las noticias y los medios.

A este ritmo, el Foro Mundial Económico estimó el año pasado que nos tomaría 170 años cerrar las brechas de género respecto a las oportunidades económicas, políticas, educativas y de salud.

Sin embargo, lo vemos una y otra vez en las experiencias de construcción de paz, en la mejora de sus entornos, comunidades y su país: las mujeres tienen un poder tremendo para ser agentes de cambio. Sus puntos de vista e ideas son una contribución vital para la prevención y transformación pacífica de conflictos. Necesitamos sus voces en los diálogos locales, regionales y nacionales, en la construcción de políticas y la toma de decisión. Y para ello los y las periodistas deben continuar con su trabajo comprometido, abriendo las puertas de sus casas -los medios de comunicación- para contribuir a que esas historias sean contadas adecuadamente, y que luchen para reflejar una realidad persistentemente invisibilizada.

Como una expresión viva desde el propio ejercicio periodístico de las recomendaciones del apartado J de la Plataforma de Acción de Beijing, la Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género nos dice que es posible otra forma de hacer periodismo, desde las mujeres para el conjunto de la población, desde la inclusión y participación de las periodistas, visibilizando los aportes, propuestas y rol clave de las mujeres en la construcción de paz en Colombia. Y no sólo es posible, es urgente y necesario para el país que queremos.

Estos días mujeres colombianas y de otros países de varios continentes, que han ejercido el periodismo en medio de la guerra y han vivido la transición hacia la paz, nos contarán sus experiencias acerca de los obstáculos enfrentados, pero también las lecciones aprendidas sobre el quehacer periodístico de las mujeres y su aporte a la construcción de paz.

Que lo que escuchemos y aprendamos aquí estos dos días contribuya a guiarnos sobre cómo construir y contar el camino hacia la paz de forma incluyente.

La acción de todas y todos es crítica para hacer realidad ese potencial transformativo. Es necesario que a partir de los comprimisos globales avancemos en los logros. Gobiernos, la ONU, sociedad civil, sector privado, hombres, todos, necesitamos actuar asegurando la perspectiva de género y la participación de las mujeres en todo lo que hacemos, en la promoción de derechos, la prevención, el desarme, la protección de desplazados, la construcción de la paz y la reconstrucción posconflicto. La acción es crítica YA para construir un mundo sostenible y en paz para todos y todas.

Me gustaría dejarles reiterando las palabras propias de periodistas y comunicadoras recogidas en la declaración de Bankok en 1994 sobre el rol de las mujeres en el empoderamiento de las comunicaciones, la cual continúa siendo más relevante que nunca:

“…es esencial promover formas de comunicación que no sólo cuestionen la naturaleza patriarcal de los medios sino que además se esfuercen por descentralizarlos y democratizarlos. Debemos crear medios de comunicación que alientan al diálogo y al debate: medios que favorezcan a las mujeres y la creatividad popular: medios que reafirmen la sabiduría y los conocimientos de las mujeres y que hagan de las personas sujetos y no objetos o blancos de los medios de comunicación. Medios que sean sensibles a las necesidades de las personas."